¿Te ha pasado alguna vez que vuelves de un viaje con el carrete del móvil a rebosar… y, al revisarlo, te quedas con la sensación de que falta algo?
Las fotos son bonitas, sí. Pero, al mirarlas, parece que no cuentan tu historia.
El otro día, por puro algoritmo (a veces hace cosas bien), llegué al perfil de Jazzie Sillona, videógrafo y fotógrafo de Hong Kong. En un reel muy sencillo, explicaba cómo contar una historia completa con tal solo cinco planos:
Dónde estás. Un plano general que diga: “aquí empezó todo.” Qué luz había, qué colores, la atmósfera que se respiraba.
Lo que estás viendo. Un detalle que quieras guardar. Puede ser el café del desayuno, un detalle de una escultura, la típica librería en la que te paras en el escaparate…
Un autorretrato. Para dejar constancia de que estuviste allí. No tiene que ser el selfie clásico: vale tu sombra, un reflejo en un escaparate o tus pies en la arena.
Un momento tranquilo. Algo que capture calma, silencio, o esa pausa inesperada en medio del bullicio.
Cómo termina. Un gesto de cierre: luces que se apagan, un tren que se marcha, el último vistazo al mar.
Si te soy sincera, no estoy del todo de acuerdo. ¿Por qué tienes que buscar un momento tranquilo si, para ti, el viaje ha sido caos y bullicio y es lo que quieres contar? ¿Y qué pasa con quienes nos acompañan en la historia? ¿Y con cómo te has sentido en ese momento?
Por eso, yo añadiría dos planos más:
Las personas. Un retrato de quienes forman parte de tu historia. No tiene que ser posado, basta con que sea intencional.
Emoción. Planos que cuenten cómo te sentiste tú y quienes compartieron tu historia contigo.
Te dejo por aquí el reel del que te hablaba al principio por si, además, quieres echarle un vistazo al perfil de Jazzie:
Hace años, trabajaba como fotógrafa de bodas los fines de semana. En aquella época, conocí a Mariscal Ariza. Tuve la suerte de poder ir de segunda fotógrafa a una boda en la Sierra de Madrid, y aprendí tela. Y él es un gran ejemplo de cómo contar bien historias. De hecho, si te fijas, tienes todos estos planos concentrados en sus trabajos.
En su web tienes un montón de ejemplos de, como él dice, historias sencillas de gente tremenda. Aun así, quiero compartir contigo uno de mis audiovisuales favoritos que ya tiene unos cuántos años -11, según Vimeo- y cuyo guion me sé casi de memoria de todas las veces que lo vi cuando estaba empezando en el mundo de las bodas:
Y hablando de contar historias -de hecho, la tuya propia este verano-, estoy tramando algo con
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Me gustan este tipo de ideas para contar historias visuales. Gracias ❤️
¿Puedes darme un ejemplo de cómo podría ser una foto para capturar “emoción”, acorde con tu sugerencia de planos?